Pocas sorpresas en los premios Emmy

Televisión
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Ernesto Naranjo

Los Emmy tardaron en reconocer el fenómeno ‘Juego de tronos’ y no la premiaron hasta el año pasado. Esta madrugada no la descabalgaron de la silla real y la serie marchó a casa con tres de los principales galardones en la categoría de drama. Esta parte conservadora quedó compensada por la sorpresa que supuso premiar como mejor actor y actriz dos intérpretes relativamente jóvenes y desconocidos para el gran público: Rami Malek (‘Mr. Robot’) y Tatiana Maslany (‘Orphan Black’). Los dos dejaron sentados a sus respectivas butacas nominados consagrados como Kevin Spacey, Roben Wright, Liev Schreiber, Claire Danes o Viola Davis.

Durante el monólogo inicial, el cómico y presentador de la ceremonia, Jimmy Kimmel, advertía en broma que habían cambiado las normas: para ganar había que ser presente. Cuando más tarde se leyó el nombre de Maggie Smith, un enfadado Kimmel irrumpía al escenario para decir que no pensaba enviarle el trofeo: que si lo quería, que lo recogiera en objetos perdidos. El premio a mejor secundario de drama fue para Ben Mendelsohn, de ‘Bloodline’, que sí que lo recogió.

Veep, la mejor comedia

Pero ‘Transparent’ no recibió el premio a mejor comedia que, por segundo año consecutivo, se llevó ‘Veep’. Y más esperado todavía fue el reconocimiento a mejor actriz de comedia, que recayó en Julia Louis-Dreyfuss: se trata del séptimo Emmy para la intérprete, cinco de los cuales los ha ganado por esta serie sobre una desastrosa vicepresidenta americana. En su discurso, ironizó sobre cómo el programa empezó como una sátira sobre las miserias de la política de baja estofa y que, gracias al fenómeno Trump, se había convertido involuntariamente en un cuidadoso documental. Su intervención fue una de las más emotivas de la noche: temblorosa y con la voz rota, dedicó el premio a su padre, que murió este viernes.

Las únicas sorpresas en el apartado de comedia hay que buscarlas en los premios a los secundarios. Louie Anderson ganó el Emmy por interpretar –a pesar de ser un hombre– la madre de Zach Galifianakis a la serie ‘Baskets’. Y Kate McKinnon, del elenco de ‘Saturday night live’, ganó el de mejor actriz de reparto en una decisión curiosa, puesto que en este mítico show no interpreta un solo personaje –como el resto de nominadas–, sino que se la puede ver haciendo de Angela Merkel, de Hilary Clinton, de Ellen Degeneres, etc.

Un juicio revisado

No hubo batalla en el apartado de miniseries y Estados Unidos hizo las paces con uno de los juicios más polémicos del país: el de O.J. Simpson. La serie que revisa los aspectos más vergonzantes de aquel proceso, ‘American crime story’, llegaba a la gala con 22 nominaciones, sólo una menos que la líder ‘Juego de tronos’. Consiguió nuevo estatuillas, incluyendo las de mejor serie, guion, actor principal (Courtney B. Vance), actriz principal (Sarah Paulson) y actor secundario (Sterling K. Brown).

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Precisamente uno de los premios más aplaudidos fue el de Paulson, que acudió a la gala acompañada de la verdadera Marchitaba Clark, la fiscal real del caso a quien ella ha dado vida a la serie. Con el Emmy en la mano, admitió que su figura en los medios de comunicación apareció distorsionada y pidió perdón, en nombre suyo y de todo el mundo que no supo entender su tarea persistente.

El triunfo agobiante de ‘American crime story’ perjudicó una de las minisèries notables del año y de título muy similar: ‘American crime’. El caso de ‘American crime’ es peculiar, puesto que Regina King se llevó por segundo año consecutivo el galardón de mejor actriz secundaria pero interpretando un personaje diferente, puesto que la serie cambia de tramas completamente en cada temporada.