El teatro en la “nueva normalidad”

Teatro
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Ernesto Naranjo

El teatro es una de las artes más antiguas que existen, y desde el primer momento fue una de las mejores maneras para transmitir historias al público, antes incluso de que la mayoría de gente supiera leer o escribir. A través del teatro, que podía ser tanto dramático como de comedia, se transmitían igualmente los valores, las historias y leyendas sobre dioses, héroes y demás. El teatro de la Antigüedad sirvió, de hecho, como base para casi toda la tradición narrativa de Occidente, aunque las novelas y relatos tardarían unos siglos más en llegar. La situación ha cambiado bastante en estos tiempos, y ahora el teatro es visto erróneamente como un divertimento para élites, o algo mucho menos popular que el cine o la televisión, por ejemplo.

Hay situaciones de todo tipo, claro está, y es obvio que la llegada de los nuevos medios de masas ha hecho perder público al teatro. Pero también es indudable que todavía hoy por hoy hay giras que se hacen por todo el país, y los musicales, por ejemplo, triunfan llenando salas y auditorios allá donde van. El teatro en los grandes centros de este arte, como Broadway o el West End de Londres, sigue siendo casi como una religión, un culto no para una minoría, sino para cualquier espectador que tenga buen gusto. La situación, sin embargo, puede peligrar por culpa de la pandemia de Covid-19, que amenaza con destruir millones de empleos en todo el mundo en la cultura, y que pone en peligro la propia subsistencia del teatro, ese arte milenario que siempre nos ha acompañado, y que ahora debe adaptarse a esa “nueva normalidad”.

Así afectó el COVID-19 al teatro

Como cualquier otro espectáculo cultural, el teatro se basa en una representación ante un público determinado. A mayor público, mayores beneficios, y la obra puede seguir realizándose, pagando los sueldos de los actores, trabajadores, técnicos, etc… Con la llegada del Covid, este tipo de espectáculos quedaron primero cerrados, y posteriormente reducidos a un aforo ínfimo, en pos de mantener las distancias de seguridad adecuadas para evitar la expansión del virus. Esto significa que, donde antes podían caber 500 personas, ahora como mucho están 80, o puede que 100. La situación  lleva a un desfase económico absolutamente insalvable para la mayoría de compañías y salas de teatro, que ya iban muy justas de beneficios en los últimos tiempos, y supone una estocada casi mortal al teatro tal y como lo entendemos hoy en día, llenando auditorios y grandes sales.

De hecho, la situación afecta incluso a los ensayos de los propios profesionales. Ahora los actores deben ensayar por su cuenta, ya que en muchos países no se permiten reuniones de más de 15 personas, por ejemplo. Cada pareja o cada escena se practica de forma online, pero no es lo mismo que poder ensayar todos juntos. Esto complica mucho más la creación de obras, su ensayo y su posterior desarrollo y actuación ante el público, sea más o menos numeroso. La pandemia ha puesto en una situación muy peliaguda al teatro, como también lo ha hecho con los deportes, la música o el cine. Sin embargo, parece que los demás se están intentando adaptar de una manera mucho más amplia, mientras que el arte dramático todavía no encuentra la manera de desarrollarse en esta nueva normalidad.

El teatro online se disparó durante el confinamiento

Las representaciones teatrales destacan por ser en riguroso directo, sobre las tablas de un escenario ante la atenta mirada del público. Aquí no hay trampa ni cartón, no es como en el cine, donde se puede cortar la escena y volver a grabar para que salga perfecta. El teatro tiene ese punto de directo que lo hace especial, indispensable Y ante la imposibilidad de llevar a cabo estas obras en los recintos habituales, por estar cerrados o por impedir que haya mucho público, finalmente las compañías entendieron que la única manera de salir del paso era producir esas mismas obras de forma online, para transmitirlas por Internet. De hecho, es una solución interesante porque así no solo llegaban un cierto público local, sino que se expandían a cualquier usuario mundial que deseara verles.

Claro que este tipo de versiones online de las obras suelen ser mucho más reducidas en la mayoría de casos, por la propia imposibilidad de montar todo el atrezzo y demás, o de disponer de un escenario más grande. Las compañías algo más importantes, las que han podido permitírselo, han contactado con los teatros y con equipos profesionales de grabación, para emitir esos directos. Las que no han tenido tanta fortuna simplemente han ofrecido las obras que ya tenían ensayadas, adaptándolas a pequeños lugares, e incluso grabándolas a través de apps de videollamada como Skype. No es lo mismo, evidentemente, pero al menos se busca sorprender y llegar lejos mientras no haya otra forma de hacerlo.

Medidas de seguridad para volver al teatro

Después de la primera gran ola de la pandemia, cuando llegó el verano, muchos países decidieron abrir los cines y los teatros, aunque con el aforo bastante reducido. Al ser lugares donde la gente suele estar pegada, se exigía a las salas y a los auditorios que solo vendieran un 30% de las entradas, para que se pudiera mantener esa importantísima distancia de seguridad entre los espectadores. Dependiendo del teatro esto se pudo aumentar al 50% del aforo, repartiéndolos en diversos palcos y plateas, para aumentar un poco más la presencia de espectadores. Sin embargo, el miedo sigue presente y no son muchos los que han decidido volver al teatro.

Aparte de la distancia de seguridad, en cada teatro se debe limpiar a fondo la sala y las butacas después de cada obra, para desinfectar contra el Covid y mantener la mayor seguridad posible para evitar contagios. La mascarilla es requerida durante todo el tiempo que se esté viendo la obra, así como para salir y entrar el recinto. De la misma forma, se debe ofrecer gel hidroalcoholico en la entrada, para que cualquier espectador pueda lavarse las manos tanto al entrar como al salir, tomando todas las precauciones posibles. Con este panorama, las salas todavía no han conseguido recuperarse, pero parece que poco a poco la luz empieza a verse en el horizonte.